Soy alguien solitario, que vive en cuatro paredes de cemento, dejando pasar las horas solo para confirmar que necesita un porque y un para que, que ya no hay nada nuevo en sentarse a perder el tiempo entre vidas inhexistentes, entre cuentos de otra vida que ya no seran tuyos, mas allá del imaginativo. Estoy perdido en un mar de rutina, que a cualquiera le complaceria, a mi, solo me da asco de mi mismo, sabiendo que alla fuera hay una vida libre de las ataduras de este encierro y solo por miedo no soy capaz de salir por la puerta y liberarme de estas cuatro paredes que consumen mi alma, mi vida, mi ser y todo lo que en el quedaba de decente.
Me siento una persona convertida en animal, después de estas cuatro paredes, no existo, necesito volver a ellas, solo para aborrecerlas, para detestarlas, para querer la libertad de una vida de esas que salen en las portadas de las revistas o en una buena película donde el protagonista siempre hace algo extraordinario y así consigue todo lo que en un momento deseó, yo por mi parte solo deseo conocer el mundo, viajar y explorar la mayor distancia posible de destinos inesperados, vivir por mi y para mi, y no por otros, porque ellos no son yo, no fueron yo y nunca serán yo. No me pueden ni podrán poseer a nadie, porque en cierto sentido, se intenta poseer a las personas para que hagan tu voluntad, para que sean lo que tu quieres que sean, pero no es así, cada persona es un mundo que vive su propia existencia, no se puede equiparar los sentimientos de una persona con otra, no se pueden medir, solo se puede imaginar que se siente similar a lo que tu sientes, pero al final siempre es distinto, los matices son distintos, no se puede conectar a dos personas aunque sientan los mismo, no se puede hacer uno de dos....